El arte en movimiento de Noguchi
El diseñador japonés logró tender puentes entre Oriente y Occidente mediante una prolífica producción y un estilo único y experimental.

El diseñador japonés logró tender puentes entre Oriente y Occidente mediante una prolífica producción y un estilo único y experimental. Hoy en Asento te hablamos sobre el arte en movimiento de Noguchi.

Si existe un artista capaz de llevar la poética y exquisitez al diseño de espacios y mobiliario, ese es Isamu Noguchi. Gracias a su vasta creatividad, el arte en movimiento de Noguchi abrió nuevos horizontes a la composición de estancias.

Los genios, en el curso de su desarrollo como tales, tienden a recibir gran cantidad de influencias concretas e identificables que les permiten construir su marca personal.

En el caso de Isamu Noguchi (1904-1988), nos encontramos con alguien que, por medio de su familia, bebió desde bien joven de los estilos americanos, europeos y orientales.

Con este vergel cultural logró, además de discernir el alma de las distintas corrientes según su cuna, trasladar la esencia de cada una de ellas a su obra.

El nipón fue un visionario inclasificable, que hablaba del espacio como “un todo escultural”, lo que revela su visión de comunicar a través de los detalles:

El arte en movimiento de Noguchi parte de esta interesante premisa.

A continuación, en nuestro blog profundizaremos en las vicisitudes y aportes de la interesante figura de Isamu Noguchi y qué queda hoy de su legado en las formas decorativas contemporáneas.

Los comienzos de Isamu Noguchi

Como te comentábamos en las líneas anteriores, el arte en movimiento de Noguchi se basa en la capacidad de saber tomar los elementos más interesantes de distintos lugares. 

La habilidad del artista para hacer de nexo entre distintos mundos vino dada, en un principio, por su ascendencia japonesa por parte paterna y americano-irlandesa por parte materna.

Su infancia la pasó en Japón donde, movido por su inquietud artística, se puso al servicio de un ebanista local en la ciudad de Chigasaki.

Poco tiempo después, se trasladó a EEUU y allí, iniciaría sus estudios en medicina en la Universidad de Columbia. Sin embargo, la mecha creativa de Noguchi ya se había prendido.

De manera paralela a su formación sanitaria, Noguchi recibe clases en la Leonardo da Vinci School de Nueva York, donde impresiona al escultor y director del centro Onorio Ruotolo.

Posteriormente, recibe la beca Guggenheim y viaja por toda Europa y Asia, donde refina su técnica al entrar en contacto con otros genios del arte como el escultor Constantin Brancusi.

Con esta experiencia personal, Noguchi se abre a una carrera diletante, que le lleva a explorar otras disciplinas como la arquitectura, el diseño de exteriores, etc.

Al regresar a Estados Unidos, comienza a colaborar con marcas tan prestigiosas como Hermann Miller y firmar obras para la propia UNESCO.Su versatilidad en todos los terrenos y su capacidad para innovar, entendiendo el diseño como un conjunto orgánico capaz de suscitar sentimientos y emociones, es la mejor carta de presentación para el arte en movimiento de Noguchi.

La producción del autor

La amplia trayectoria de Noguchi, aunque diversa, se inicia principalmente en el terreno de la escultura. Fue con apenas 20 años de edad que el japonés expuso su obra en bronce Globular (1928), de tintes abstractos.

Durante su estancia en Europa, el nipón se embarcaría en la realización de su pieza Death (1934), una polémica estatua que representa el linchamiento de un afroamericano.

También se encargó del diseño de impresionantes espacios exteriores, poniendo el acento en el diseño de parques como atestiguan los planos del parque Nisei.Además, durante la década de los 40 llegaría a sus manos la posibilidad de diseñar piezas de mobiliario para decorar estancias.

Su conocida mesa de café (1944) marcó un punto de inflexión para el arte en movimiento de Noguchi, haciéndose mundialmente conocida por su estética biomórfica, su base de madera y su superficie de cristal templado.

Mesa de café (1944)

Tras conocer los farolillos empleados por los pescadores japoneses en uno de sus muchos viajes a la tierra del sol naciente, creó sus populares lámparas akari (1951), de papel washi y orientadas al uso cotidiano.

Lámparas akari de papel washi

A finales de los años 50 y siguiendo su idea de trabajar con elementos culturalmente distantes entre sí, sería el responsable del Jardín de la Paz en la sede de la UNESCO en París (1958), erigido según los principios del ideario zen.

Conclusiones

El carácter cosmopolita de las obras de Isamu Noguchi lo consagran como un artista universal, y esto refuerza la fama mundial alcanzada por el japonés, así como la prevalencia de su producción en nuestros días.

Su capacidad para plasmar y construir sensaciones a través del diseño de estancias, espacios y mobiliario hacen que el arte en movimiento de Noguchi haya supuesto una gran influencia para muchos diseñadores contemporáneos.

El espíritu renacentista de este genio y sus ansias por poder dominar la creación de espacios desde todos sus frentes es lo que nos impulsa en Asento.

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